El sol dibuja sombras divertidas en mi salón, sin embargo en la calle sigue haciendo el mismo frio. Hoy puede que sea una de esas tardes raras de domingo, o no tan raras si tenemos en cuenta que cualquiera de ellas se parece irremediablemente a la anterior: caña con limón, futbol y amigos.
"¿Qué esconden las palabras que decimos sin pensar? ¿De qué hablan las canciones que no paro de escuchar? Dicen siempre lo mismo. Dicen que mi inocencia se ha perdido y ya no hay vuelta atrás..."
¿Donde quedan nuestras tardes de infancia? Aquellas en las exprimíamos al máximo las horas de sol sin pensar en el lunes... ¡Bendita inocencia!...
Sin duda los domingos significan cosas distintan a medida que pasan los años. Mis tardes de domingo se han convertido en un trámite absurdo que da paso a una semana más, a un mes mas, a un años más... !Que vértigo, esto no para!